Unidad 1.- Reconocimiento
a una mujer de mi entorno
Para mi reconocimiento he escogido a la persona que creo que
ha significado y significa más en mi vida, y no puede ser otra que mi madre.
Para mí siempre ha sido un ejemplo a seguir, persona
incombustible donde las hubiese, aunque ya a sus ochenta y tantos años hay
aspectos y pensamientos que no se pueden cambiar. Mi madre, avanzada para su
tiempo en algunos aspectos y atrasados en otros, ya que la educación que
recibió siempre fue la de estar debajo de la sombra de un hombre, en este caso
primero su padre y después su marido. Ella por lo que ha vivido, siempre piensa
que la mujer debe de ser y estar donde su marido quiera, aunque al mismo
momento te deja caer que no debemos perder nuestra esencia, y no debemos
dejarnos manipular por ningún hombre.
Cada día se levantaba a las 6 de la mañana, ya que era
modista y tenía que dejar costura adelantada para poder ir a la recolección de
las aceitunas más tarde. Dejaba comida, casa y niños preparados antes de salir
a trabajar al campo. Llegaba después de un duro día y continuaba realizando
tareas (aunque desde pequeñas nosotras ayudábamos), volviendo a su labor de
costura y haciendo baños y cenas para mí y mis hermanos. Siempre decía que la
costura era su desahogo, que para ella no era trabajo.
Mientras que mi madre estaba veinte horas seguidas con sus
tareas, mi padre llegaba de su trabajo se sentaba y esperaba a que le sirvieran
(si, así era por la educación que habían recibido). Mi padre, hombre trabajador y bueno donde los
hubiese, pero educado a la antigua escuela. Lo que significa que ellos no han
atendido al principio de corresponsabilidad, todo era para la mujer, y mientras
ella decía que mi padre trabajaba yo le preguntaba: ¿mamá, y como se llama lo
que tú haces?. Mi madre era consciente de todo, pero nunca se atrevió a ir en
contra de lo que le enseñaron e inculcaron, por eso una de sus frases
preferidas era: “nunca permitas ser criada de nadie, eres libre de elegir,
nunca caigas en el error de dejar de ser tu misma”.
Por esto, elegí educar a mis hijos en igualdad, que todos
somos iguales, hombres y mujeres; nadie es mejor que nadie y todos tenemos la
libertad de elegir.
Así que si tengo que elegir tres detalles de ella serian:
lealtad, bondad y sacrificio.
Dos de sus actividades favoritas: Coser (aunque ya no puede)
y nuestras charlas de media tarde.
Un recuerdo memorable: Tengo muchos, pero mi recuerdo es la
capacidad que tenía y tiene para ver cuando algo nos está haciendo daño y
refugiarnos en su regazo como cuando éramos unos niños.
Aquí os dejo un corto de animación que refleja cuando una madre está al límite.